El pasado día tuve la suerte y el honor de poder asistir a un evento en el que el gran Xavier Marcet nos daba unas pinceladas de innovación con su charla "¿Qué es una empresa innovadora?" en la Cámara de Comercio de Valencia.
Os comparto los takeaways que pude sacar de la charla.
El takeaway principal, alineado con el titular del post, es que no hay innovación sin riesgo y el principal riesgo es no innovar.
Las empresas se enfrentan a una dualidad en la que tienen que balancear el dar resultados y adaptarse a los cambios constantes del entorno. Para ello la empresa tiene que equilibrar la balanza entre explotar su negocio actual y explorar el futuro, mirando de evolucionar con sus clientes y a veces hacer evolucionar a sus clientes.
Para equilibrar esta balanza muchas empresas crean grandes y potentes equipos de innovación, pero de nada servirán si las ideas que se tienen no se llevan a cabo.
Un error que no tenemos que cometer es confundir la innovación con la tecnología, un ejemplo lo tenemos en la invención que hubo con el invento de la fregona. Para no confundirnos, debemos ser conscientes de las dos realidades que coexisten en paralelo:
Os comparto los takeaways que pude sacar de la charla.
El takeaway principal, alineado con el titular del post, es que no hay innovación sin riesgo y el principal riesgo es no innovar.
Las empresas se enfrentan a una dualidad en la que tienen que balancear el dar resultados y adaptarse a los cambios constantes del entorno. Para ello la empresa tiene que equilibrar la balanza entre explotar su negocio actual y explorar el futuro, mirando de evolucionar con sus clientes y a veces hacer evolucionar a sus clientes.
Para equilibrar esta balanza muchas empresas crean grandes y potentes equipos de innovación, pero de nada servirán si las ideas que se tienen no se llevan a cabo.
Un error que no tenemos que cometer es confundir la innovación con la tecnología, un ejemplo lo tenemos en la invención que hubo con el invento de la fregona. Para no confundirnos, debemos ser conscientes de las dos realidades que coexisten en paralelo:
- La tecnología que evoluciona y nos ayuda a ver o hacer las cosas de una forma distinta o a hacer más con menos esfuerzo.
- Las comunidades de personas unidas para crear valor
Hay que aprovechar el marco de agilidad para aprovechar mejor los esfuerzos en innovación e ir dando resultados en el día a día. Este marco de agilidad también ayuda con ese cambio de cultura, de mindset en el que debemos dejar los silos a un lado.
Debemos ser conscientes de que siempre vamos a tener amenazas y oportunidades, lo importante es conocerlas y saber adaptarse a ellas. Puedes conocer las oportunidades pero sino actúas y haces algo, el tren pasará de largo como lo hizo con Kodak.
Si queremos innovar, no tenemos que preguntar a nuestro cliente, él no nos dará la solución. Hay que observar como cambian sus hábitos, cómo actúa, tener empatía y con ello adaptar tu producto. Sino hacemos esto, podremos tomar malas decisiones, cuando tomas la mejor decisión para ti pero no para tus clientes. Ejemplo de ello lo tenemos en Nokia, tenían mucha capacidad para cambiar y adaptarse, pero al crecer tanto y tan deprisa se centraron más en las ventas que en sus clientes. La pregunta clave que nos tenemos que hacer es ¿qué necesitan mis clientes que no sepan expresar?
Hay que tener cuidado con las ideas y la asociación con la innovación. Puedes tener muchas ideas y no innovar, empezarás a innovar cuando esas ideas las lleves a la práctica. Llevarlas a la práctica implica tomar decisiones, y cuándo más pequeño es tu negocio más complicado se hace tomar estas decisiones, pero hay que pensar que las empresas grandes de hoy en día en su momento fueron pequeñas y arriesgaron.
El segundo takeaway importante es que la innovación y todo lo que ello conlleva es dura pues si fuera fácil no sería una ventaja competitiva.
Hoy en día uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las empresas, entre otros muchos, es la retención de talento. Es una gran preocupación, pero tan preocupante como si nunca se va nadie de la empresa, por ejemplo, qué pasa con aquellos que no sabes como llegaron a tener el puesto que tienes pero que sí que sabes que nunca se irán o que por otro lado son tóxicos (tienen un problema para cada solución). Dentro de este proceso de retención de valor entra en juego la formación, pero tenemos que ser conscientes de que para formarse hay que sentarse y dedicarle tiempo, pero para aprender hay que levantarse. Dentro de este reto lo más difícil que te encontrarás no será formarte y aprender, sino desaprender lo que has ido aprendiendo con el paso del tiempo.
Dentro de este proceso de innovación, necesitamos líderes, líderes que proporcionen una visión y que sepan expresar un propósito. Estos líderes deben ser humildes, hacer más y decir menos. No deben tener miedo a dudar, empoderar a sus seguidores, creciendo haciéndolos crecer y luchar contra la autocomplacencia y la arrogancia.
Para terminar, os dejo dos lecturas interesantes con dos puntos de vista distintos en el proceso de innovación:
- Cambia el chip: Cómo afrontar cambios que parecen imposibles, de los hermanos Chip y Dan Heath. Te ayudará a ver como enfrentarte a esos cambios que necesitas sabiendo si tienes que motivar al jinete, dirigir al elefante o allanar el camino (o puede que un poco de todo)
- El ADN del innovador: Claves para dominar las cinco habilidades que necesitan los innovadores, en el que participaron varios escritores: Jeff Dyer, Hal Gregersen, Clayton M. Christensen, María Maestro Cuadrado. Sobre esto, os dejo un breve esquema en el que podréis profundizar más leyendo el libro.
Además de las lecturas anteriores, también podéis profundizar sobre la metodología de Design Thinking, la cual os ayudará a generar ideas innovadoras centrando su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los clientes. Pero recordar, de nada servirán esas ideas sino se llevan a la práctica.
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