Cuando llegan los Juegos Olímpicos todo el mundo está expectante para conocer quién será la persona más rápida del mundo o en ver quién conseguirá batir un récord que lleva imbatido más de dos décadas. Y como en todos los Juegos Olímpicos, a quien consigue ser el mejor entre todos en su disciplina, se le premia con una medalla de oro.
Este ejemplo nos puede valer para tratar dos puntos que a día de hoy no se tienen en cuenta en el plan educativo y que creo que se debería empezar a tener en cuenta lo antes posible:
- No somos iguales y al igual que un nadador se entrena para conseguir ser el mejor nadador mediante técnicas de natación y no de atletismo, un corredor de 100 metros lisos no empleará técnicas de natación para ser más veloz en la pista. ¿Si somos diferentes por qué no se tiene en cuenta esa diversidad para enseñar? ¿Cómo sería un sistema educativo que fuera capaz de adaptarse a la evolución de los niños y que a la vez ayudara a la especialización pero potenciando las sinergias a través de la diversidad? Y no me refiero a la dicotomía simplista y actual de ¿tú de qué eres, de ciencias o de letras?
- No se debe medir por igual. Si en las Olimpiadas se premiara a todos por igual, llegaría un momento en el que dejaría de tener interés tanto para los participantes como para el público. Si sabemos que las personas tenemos talentos diferentes, ¿por qué se tiene que medir por igual?
Si medimos de forma diferente en las asignaturas de educación física, ¿por qué no deberíamos hacer lo mismo en el resto de asignaturas?
Si has llegado hasta aquí, seguro que después de leer la pregunta que acabo de formular, tu cabeza estará a punto de explotar pensando en qué barbaridad podrías decirme para contestarme de forma educada, pero por favor, deja que pueda explicarme.
Como padre de dos niños, una niña de 10 años y un niño de 13, y como hermano mayor de dos hermanas y dos hermanos, a la vez que por mi carácter observador, he podido comprobar cómo las niñas tienen un proceso de crecimiento mucho más acelerado que los niños, hasta que llegada una edad se empieza a equiparar.
Visto así, para mí es como si en el sistema educativo actual, las niñas hubieran perdido un tiempo indeterminado de sus vidas adaptando su nivel cognitivo al mismo nivel que los niños de su clase, o en muy pocas ocasiones, haciendo que los niños de su clase adaptaran y elevaran el suyo al de ellas. Es decir, si sabemos que el proceso de crecimiento tanto mental como físico de una niña es mucho más rápido que el de un niño hasta una determinada edad, ¿por qué no tenemos en cuenta esto dentro del plan educativo y vemos de aplicar un modelo adaptativo que consiga que las niñas den lo mejor de sí mismas?
- Un medio de aprendizaje continuo, dejando a un lado el modelo de cursos anuales actuales, buscando evitar la situación actual de un camino lleno de fracasos, que potencia valores como el miedo al fracaso, la competitividad, el individualismo, la desigualdad, ...
- Un medio de aprendizaje adaptativo, donde el plan educativo se vaya adaptando al niño, a sus talentos, perfeccionando aquellos en los que destaca y potenciando aquellos en los que no, mediante el trabajo en equipo con aquellos niños que sí destacan en esos talentos.
- Un medio de aprendizaje que prepare al niño para la realidad laboral a la que se enfrentará al acabar su periodo de formación. Pero no sólo enseñándole lo que necesitará en su vida laboral, sino enseñandole cosas como a razonar, a preguntarse por el porqué de las cosas, a saber cómo potenciar sus habilidades blandas, a saber comunicar sus ideas, a saber trabajar en equipo, a valorar las diferencias, a saber encontrar sinergias, ...
- Los niños y niñas a edad temprana no actúan de manera “femenina” o “masculina”
- Existe evidencia científica que prueba que las diferencias en la arquitectura (wiring) cerebral son las que están detrás de algunas de las variaciones en las habilidades cognitivas masculinas y femeninas
- Creemos que nuestro estudio es solo un modesto primer paso, pero la identificación de factores biológicos y ambientales es aun necesaria para informar si las políticas públicas dirigidas a la primera infancia deben adaptarse por sexo para asegurar la igualdad de oportunidades.
- Al principio de la adolescencia, el córtex de las niñas es más delgado que el de los niños, signo de que los cambios empiezan antes en el cerebro femenino
- Esto traducido al lenguaje del cerebro, significa que cuando la cantidad de fibras se simplifica, transmiten información más enfocada directamente a la región del cerebro que necesitan apuntar; un proceso complejo de reorganización cerebral que pareció ocurrir antes en el cerebro de las niñas que en el de los niños.
- Sol Lim, “Este proceso de poda selectiva, que ocurre antes en el cerebro femenino, al cual se le llama desprendimiento preferencial, preserva las propiedades centrales de la red cerebral que son cruciales para el procesamiento de la información y el desarrollo cognitivo”
- Los investigadores, además, creen que el cerebro de las mujeres tiende a tener más conexiones en los dos hemisferios del cerebro, y que, dada la reorganización anterior, hace que su cerebro se reorganice de manera más eficiente y, por lo tanto, alcance un estado más maduro para procesar el entorno.
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